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Tesoros de Colombia apoya a cafeteros del Tolima, guardianes de una rana venenosa y multicolor

04 de marzo del 2021

Un grupo de familias del municipio de Casabianca cosechan un grano de calidad, mientras desarrollan prácticas responsables con el hábitat de la rana punteada (Andinobates dorisswansonae). La empresa, empeñada en proteger al anfibio, también ofrece asesoría técnica y hace promoción del producto en Estados Unidos.

En la zona rural del municipio de Casabianca, en el departamento del Tolima, un grupo de campesinos de este municipio está dedicado al cultivo de café, como una estrategia para mejorar sus ingresos y la calidad de vida de sus habitantes.

El trabajo alrededor de este emprendimiento involucra a 73 familias que viven en 26 de las 29 veredas de la población. Todas ellas, en conjunto, producen, al menos, una carga del grano cada mes, que equivale, aproximadamente, a unas 250 libras de café pergamino, listo para ser molido.

Es un producto de alta calidad, que adicionalmente tiene en cuenta un detalle que lo hace especial: su cosecha cuida el hábitat de una rana única en el mundo, conocida como la rana venenosa punteada, que solo se ve en esta parte del planeta (endémica).

Tesoros de Colombia esta apoyando esta iniciativa, como parte de sus actividades científicas que buscan reproducir en cautiverio ejemplares de algunos anfibios del país, esto con el fin de venderlos legalmente en el exterior bajo la regulación del gobierno colombiano (biocomercio) y reducir el tráfico ilegal que los ha afectado hasta disminuir intensamente sus poblaciones.

La rana punteada no ha estado al margen de este delito, porque físicamente es muy atractiva. Se caracteriza por una piel brillante y negra, manchada con puntos rojos, amarillos o anaranjados, una combinación que ha captado la atención de zoológicos y acuaristas extranjeros, que han tolerado directa o indirectamente capturas irregulares con tal de tenerla entre sus colecciones. Esto ha llevado a que esté en estado vulnerable, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Asistencia técnica y apoyo comercial

Los campesinos que lideran la producción cafetera están agrupados dentro de una asociación llamada ‘Agromejora’, que ellos mismos fundaron en el 2015. Una pequeña parte del producto que cosechan lo destinan al consumo interno. La mayoría se vende bajo la marca Café Endémico, un nombre que hace honor a la presencia exclusiva de la rana punteada en el territorio. Generalmente, se empaca en bolsas de 300 y 500 gramos, ya sea en pepa o en polvo (soluble).

 

Óscar Buriticá, representante legal de la Asociación Agromejora, dice que los cultivos del grano se desarrollan a partir de abonos naturales, sin usar demasiada agua y con un secado que no utiliza herramientas que podrían resultar contaminantes por el uso de combustibles. “Estamos enfocados en evitar aspersiones con químicos; tampoco hacemos quemas. Y respetamos las orillas de las cañadas o de los sitios donde se encuentra la rana”, explica.

Buriticá cuenta que la Asociación siempre ha estado dispuesta a perfeccionar sus procesos, con tal de aumentar la calidad del producto, el cual fue recientemente presentado en el municipio de Montenegro (Quindío), durante una feria de cafés especiales —la primera experiencia de su tipo para la marca— y en la que Café Endémico sobresalió por su aroma y suavidad. “Sin embargo, y a pesar de que ha sido muy bien recibido, sabemos que podemos consolidarlo como un café de altura (es cultivado sobre los 1.800 metros de altura), exclusivo y único en el país”, opina Buriticá

En este paso a paso por mejorar el perfil del grano y su producción, Tesoros de Colombia se ha integrado a la comunidad con el fin de contribuir con ese objetivo.  Hace unos meses, por ejemplo, una ingeniera agrónoma, contratada por la empresa, asesoró a los caficultores en el perfeccionamiento de algunos procesos. Y a su vez, la firma apoyó, al mismo tiempo, el rediseño de las etiquetas y de las bolsas en las que se vende el café, para que fueran más atractivas gráficamente. El producto también fue llevado, por representantes de Tesoros de Colombia, a ciudades como Nueva York y Chicago, en Estados Unidos, en un intento por promocionarlo y contar la experiencia ambiental que acumula su fabricación.

Iván Lozano, gerente de Tesoros de Colombia, ha explicado que la empresa tiene un objetivo muy claro y es ayudar a los productores a lograr los registros necesarios para exportar el café. El plan es seguir respaldando a la comunidad en el fortalecimiento de su modelo de negocios. Hoy, Café Endémico no solo se vende en Casabianca. También en las instalaciones del Bioparque La Reserva, situado en Cota (Cundinamarca). Igualmente, suele llevarse a Ibagué por encargo.

 

Repoblación en curso

Y mientras la gente de Casabianca va mejorando muchos detalles de su emprendimiento y se ha comprometido a respetar la frontera agrícola al frenar su ampliación —condición para recibir el apoyo que ha surgido desde la empresa privada—, Tesoros de Colombia ha podido consolidar, también con ayuda de la comunidad, su trabajo enfocado a la protección de la rana punteada y su reproducción en cautiverio, como parte de una defensa de la soberanía nacional y su biodiversidad, frente a la piratería que tradicionalmente consume los recursos nativos.

La idea de Tesoros —labor que adelanta actualmente en otras regiones del país— es exportar, de forma legal, individuos de la especie nacidos en su laboratorio, con el fin de que la demanda de la rana pueda ser copada. De esta forma, quienes comienzan a comprarla legalmente, dejarán de tolerar capturas irregulares y sin control en los bosques tolimenses. Por el momento, y para este caso específico, el intento ya cumplió con una primera fase de colecta de individuos o caza de fomento, que tuvo el seguimiento de la comunidad de Casabianca —se capturaron unos pocos ejemplares para comenzar su reproducción—.

También, se ha cumplido con una segunda fase, llamada ‘tenencia de ejemplares bajo cuidado profesional y experto’.  Y se espera que, en el 2023, pueda ser autorizada por la ANLA la fase comercial, que permite vender individuos de la especie en otros países y comenzar a detener su demanda ilícita.

Como contraprestación al haber podido realizar el trabajo, Tesoros de Colombia liderará un programa de repoblación de la especie en su medio natural, para devolver al hábitat no solo esos pocos individuos que capturó inicialmente, sino una cantidad adicional que ayude a consolidar una población sana de la Andinobates dorisswansonae.  Aquí se refuerzan dos objetivos fundamentales: se detiene el tráfico ilegal a través del biocomercio legal y se apoya a las comunidades con recursos de la empresa, para involucrarlas activamente con la conservación de su entorno y sus especies amenazadas.*

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